martes, 7 de octubre de 2008

HOGUERA Y MUERTE.

La fauna grita, se queja:

¡Fuego! ¡Fuego! ¡Fuego

Y del monte tras la hoguera,

sólo quedan esqueletos.

Ya no cantan ruiseñores,

ya no existe la floresta,

y donde había vergeles,

sólo hay materia muerta.

Desaparecen los montes

por el provocado incendio,

pero nuestros gobernantes

no quieren poner remedio.

Sigue decreciendo el monte,

sigue avanzando el desierto,

y sólo veo en el horizonte

mi Planeta casi muerto.

4 comentarios:

Infiernodeldante dijo...

El fuego arrasa y el desinterés destruye. Parece ser un mal de muchos gobiernos. Mientras tanto, la humanidad entera paga las consecuencias. Nosotros acá cada dos por tres tenemos incendios forestales devastadores. De especies, y de pueblos enteros. Cuando no quede nada, ellos seguirán manejando discursos desde las ruinas. Buenas letras, para una excelente denuncia. Un abrazo.

fonsilleda dijo...

Como dice Dante buenas letras, pero parece que te aliaste con mi hija fotógrafa, para recordarme los incendios que padecimos el año 2006 y que me sumieron en una pena hondísima. No podía ni abrir un periódico sin derramar lágrimas.
Intencionados, eso es lo más horrible y los gobiernos no atinan...
ESte año aquí ha sido más afortunado, pero la foto de mi hija era d Portugal con lo maravillosos que son sus bosques del Norte.
En fin, eso no tiene que ver con tu poesía, aunque haya sido tu propósito la llamada de atención.

EL RINCÓN DE GREGOTD dijo...

Gracias, Dante. No entiendo cómo los gobernantes no se lo toman más en serio, y cortan de raíz con los incendios provocados, y con la contaminación excesiva, que están destruyendo la única casa que tenemos; El Planeta Tierra.

Un abrazo

EL RINCÓN DE GREGOTD dijo...

Muchas gracias, fonsilleda, por tu visita y tu comentario.
No es una casualidad que haya coincidido con tu hija, al escribir este poema. Una parte de mis textos están dedicados a denunciar este tipo de desmanes y otros. No entiendo cómo esos pirados que prenden fuego al bosque no ven el mal que están haciendo. Tampoco entiendo por qué no se pudren en la cárcel.

Un abrazo.