lunes, 9 de febrero de 2009

AURA.

En el cotidiano andar,
en la rutina acostumbrada,
se sumerge mi existencia.

Lo que soy y no exteriorizo,
lo que vive en mi interior y lo guardo
sin que lo diluya el paso del tiempo…

Cuando pienso, apareces en mi vida
con signos de vitalidad, con un aire nuevo…

Se renueva en mí la esperanza de que volverás,
de que oiré tu dulce voz, de que posaras en
mí tu cálida mirada, devolviendo el encanto
de otros tiempos cuando sólo creía
en nuestras vidas juntas, en nuestras vidas
compartidas, en nuestros sueños…

Te estoy esperando…

Pero la paciencia se me acaba…

Me estoy esforzando para no sucumbir
ante tu ausencia.

En cada ocaso del sol, levanto la vista al
firmamento, bien abiertos los ojos, e intento
percibirte, oír algunas palabras que no me
hayas dicho, que no pudiste decirme…

Y ante tu mutismo, deseo convertirme
en brisa…en aliento… en alma que vuele hacia
la tuya…