martes, 9 de septiembre de 2008

NO TE OLVIDO


Toqué tu dócil frente de amarillo pajizo,

vi tu cuerpo lívido tan frágil, fugitivo,

que sentí con más fuerza tu adiós definitivo;

el mundo en mi cabeza en trozos se deshizo.



Qué triste aquella tarde amarga que no olvido,

se apagó toda tu voz con un simple suspiro,

tu mirada quedó fija esperando el retiro

suplicando un milagro que no fue concedido.



El fin inexorable llegó sin percibirlo,

te acompañé muy triste a tu final destino

y te puse una rosa de pétalos rojizos.


La coloqué en la tumba y traté de asumirlo,

¡pero me costó tanto, continuar el camino!

Me acosan los recuerdos, me sumen en hechizos.