sábado, 11 de octubre de 2008

NO ME DESPIERTEN.

La vi delante de mí, al venir el alba.
La luz crepuscular matutina, iluminaba su cara.
La irisación de sus ojos, me deslumbró
un instante, y la perfecta silueta de su cuerpo,
me hizo pensar que soñaba.
Juntos avanzamos a través de las montañas;
cruzamos enormes ríos de agua plateada,
reposamos sobre riberas mágicas
y correteamos en las praderas áureas.
Me sentía hechizado, mientras ella me quería.
Encerrado en sus pupilas,
a otros mundos me transportaba.
Recorrimos tierras de castillos y hadas,
donde se para el tiempo, y no llega la mirada.
Su cuerpo era como un volcán encendido,
y yo me sumergía en el ardor de su lava.
Mis ojos se cerraban, mientras ella me abría
los caminos anhelados.
Sólo deseaba, que mi sueño no acabara.
Y me reía de los estúpidos humanos,
que viven sin vivir, y se esconden de sí mismos
por no percibir que son simples mortales,
que luchan por controlar sus instintos.
Pronto ella se hartó de mis limitaciones humanas,
y me rechazó como quien desprecia un juguete inservible.
Apagó su luz, me dejó en las tinieblas,
y he vuelto a mi mundo.
Hoy, soy otro más de los estúpidos humanos,
y vivo sin vivir, ocultándome de mí mismo,
para no recordar sus ojos ni su cara;
para no recordar lo felices que fuimos.
Juntos avanzamos, a través de las montañas;
cruzamos enormes ríos de agua plateada,
reposamos sobre riberas mágicas
y correteamos en las praderas áureas...