Cuando estás lleno de vino,
al mirarte me das gozo
ya sea tinto, cristalino,
dorado o espumoso.
Con tu panza redondita,
con tu color caprichoso,
mirarte, a beber invita,
tu sabor es delicioso.
Si tu panza tienes llena
y alegras mi paladar
en la comida y la cena,
no te pido nada más.
Pero ahora estás vacío,
te miro y me das pena
porque no tienes color.
Ya no eres amigo mío.
Lo digo con gran dolor.
Me has aguado la cena.
La contraseña de Internet
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Chicos, hace unos 6 meses, mi vecino me pidió la contraseña de mi Internet. Pasé
y pensé: Está bien, no cuesta nada, porque me llevo bien con él.
A...
Hace 4 horas
4 comentarios:
Dejo mi amplia sonrisa para este poema a la ausencia (triste) de un vino siempre apetecible, delicioso y grato.
Y más cuando ese vino se comparte. Excelente homenaje a ese "amigo" que nos alegra cuando está y hace notar su ausencia cuando el porrón queda vacío. Un gusto pasearme por tu espacio. Como siempre. Un abrazo.
Evocador poema,confieso que no tenìa idea lo que era un porròn.
besitos
Gracias, por vuestra visita y vuestros comentarios.
Fonsilleda, Dante y Sonia.
Os cuento algo gracioso sobre el porrón de vino. En Aragón y Cataluña, y no sé si también en otros lugares, es muy común el uso del porrón, para beber ese preciado líquido.
Y, hay un pueblo pequeño en la provincia de Barcelona que se llama Abrera, y junto a la carretera, hay un bar, y en ese bar ponen un porrón muy grande lleno de vino sobre una mesa, del cual pude beber gratis quien quiera. Sólo hay una condición. Se ha de beber con una sola mano, como muestra la imagen. Si se usan las dos, se ha de pagar el contenido de dicho porrón. Ocurre que muy pocos lo logran.
Un abrezo
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